lunes, 25 de enero de 2010

Nucleares, la eterna controversia

Mucho se habla en los últimos días, a cuenta de la candidatura de varios pueblos para acoger el cementerio nuclear (o almacén temporal centeralizado, ATC, que dicen los entendidos) que se está rifando en España.

Es mucha la divisón que parece haber entre partidarios y detractores del emplazamiento del almacén en uno u otro pueblo, pero también muy hipócrita la posición de los principales partidos de este país.

Los partidarios del cementerio alegan, no sin razón, que estas instalaciones aseguran (mediante puestos de trabajos directos e indirectos, inversiones millonarias, compensaciones, etc.) el futuro, hoy más que incierto, de sus pueblos. Los detractores desconfían de la seguridad de las instalaciones, casi siempre con argumentos imbuídos de un cierto topicazo antinuclear. Lo cierto es que yo tampoco estaría demasiado tranquilo con aquello al lado de mi casa.

Pero lo que me gustaría poner de manifiesto es la hipocresía de la que hacen gala esta gente que nos gobierna. Por un lado, el PSOE, antaño valedor de la moderna energía nuclear en España, sucumbe ahora a la presión del lobby antinuclear, se apunta al topicazo verde, y en las anteriores elecciones promete el cierre de las centrales nucleares. Promesa incumplida, por supuesto, ya que España aún importa mucha energía producida en Francia con centrales nucleares, a un precio mucho más caro que si se produjera aquí, y no puede permitirse el cierre de las centrales que tiene en activo. Y exporta los residuos radiactivos que producimos aquí a terceros países. ¡El PSOE no quiere que sus alcaldes acojan el cementerio nuclear que su propio gobierno quiere instalar! 1 2

Por otro lado el PP, valedor actual, según parece, de la energía nuclear y criticón con la promesa de Zapatero de cerrar las centrales, que decide expedientar al alcalde de Yebra por presentar su candidatura a albergar el almacén. ¿Cómo es entonces la cosa? ¿Nucleares sí, pero no cerca mía? ¿O nucleares sí, pero mejor buena prensa? ¿O nucleares sí, pero las culpas a otro? Ahí están superpiji, osea, Cospedal y señorito Arenas echándose los trastos a la cabeza.

No se si los ecologistas antinucleares (porque sí, hay ecologistas pronucleares, aunque no estén de moda, véase Lozano Leyva o J. Lovelock) prefieren que se sustituyan las centrales nucleares por centrales térmicas de carbón, gas, o petróleo, más caras, muchísimo más contaminantes, y que queman combustbles que tenemos que comprar fuera. O si de verdad tienen fe en que el consumo de energía eléctrica de España se puede cubrir con paneles solares (carísimos y de bajísima eficiencia) y con molinos de viento (que, según los mismos ecologistas, son tela de feos y que matan a los pajaritos). O si prefieren que compremos a precio de oro la electricidad producida en Francia con las centrales nucleares que aquí no queremos (y que si pegan un petardazo, poco nos va a importar que aquello estuviera a un lado u otro de los Pirineos).

Personalmente, me parece que el futuro de la energía en el mundo pasa por la energía nuclear, mientras no descubramos algo mejor. No emite CO2, no contribuye al calentamiento global (el verdadero y acuciante problema), son eficientes, baratas, seguras (sí, la de Chernobil pegó el petardazo, pero aquello era una cafetera) y consumen relativamente poco combustible, generando relativamente pocos residuos (sí, muy peligrosos y que duran mucho tiempo, pero... ¿y el CO2, los óxidos de azufre y demás ricuras que echa una central térmica no son peligrosos?)

Pero esta es una cuestión que, como tantas, debería alejarse del enfrentamiento partidista del tópico al que nos tienen acostumbrados nuestros políticos y dejar que hablen los que saben. Lo que se llama hacer política de Estado. ¿Imposible? Conociendo el percal, me da que sí.

¿Y tú que? ¡Algo tendrás que decir!

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