Cuando la luz se apague, que no te de miedo, que no te quedes buscando inútilmente otra bocanda de aire.
Cuando se apague la luz, que lleves las pilas de tu linterna cargadas de vida vivida, de amigos y risa, de amores, de madrugadas y de días soleados, de olores antiguos.
Cuando la luz se apague, que lleves tus manos vacías de dar, y tu corazón lleno de nombres grabados, como dijera el poeta.
Cuando se apague la luz, que no pienses que está oscuro, que no pienses que es ausencia, que no pienses que es tragedia, que albergues la esperanza de ver otra vez el sol.
Cuando la luz se apague, que hayas amado.
Cuando se apague la luz, que hayas vivido. Por si acaso.
lunes, 1 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"Cuando la luz se apague, que no te de miedo, que no te quedes buscando inútilmente otra bocanda de aire" Por desgracia he visto como este miedo, ese buscar inultimente otra bocanada de aire le ha hecho mucho daño a algunas personas.
ResponderEliminarMe gusta mucho esto que has escrito,
Marta
A menudo nos llevamos gran parte de nuestra vida buscando, cuando las mejores cosas las tenemos delante...... preciosa reflexión Ramón, un beso!!
ResponderEliminar"Cuando la luz se apague...que hayas amado"... :)
ResponderEliminar