lunes, 14 de febrero de 2011

La sumisión del cómico (si Goya levantara la cabeza)

La Academia del Cine da nueve premios Goya a una película que han visto la friolera de 50.000 personas. Desconocemos si se incluyen entre ellas a los familiares y amigos del elenco. Seguramente esta escasa asistencia se justifica porque los malvados piratas se la han bajado de esa especie de puerta del Averno que es Internet.

O también puede ser que se confirme la ruptura definitiva con la realidad de los auto denominados "intelectuales" de nuestro país, que han dejado de ser cómicos para considerarse adalides del avance cultural español, y doctores catedráticos del saber. Y menos I+D y más Icíar Bollaín.

Puede ser que éstos hayan decidido hacer ya pública y desnuda su connivencia desvergonzada con el poder establecido (la ministra de las Mentiras y Gordas incluida). Puede ser que se hayan decidido a hacer un cine comprometido con el que lo paga, que a fin de cuentas no es ya el espectador, sino el Estado, y que así les de igual hacer arte y ensayo con 70 millones de presupuesto, y recaudando 10, como Pa Negre. ¿Y el resto? El resto invita Sinde. O Zapa. O Más. Qué más da.

Y es que es otra vez la misma historia de posguerra ya manida, mascada y removida (a ver si va a haber que tener otra guerra con tal de cambiar de tema). Es de nuevo el esnobismo llevado al cubo de grabar una película en catalán por gusto (con el dinero de otros, eso sí). Es otra vez una película amable, en pago por el favor de una ley vergonzosa. Es otra vez la sumisión del vasallo cómico ante su señor.

Antes, al menos, éramos graciosos. Qué aburrimiento. Niña, pon una peli.

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